viernes, 15 de junio de 2012

eyes wide shut

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Tenía mucho sueño.


Eyes wide shut me intranquilizó la primera y única vez que la ví.


Decidí verla esa noche de nuevo, casi durmiéndome al final.

Quería comparar sensaciones, tras tantos años, y ver si conseguía esta vez extraer conclusiones distintas.

Después de todo, mi primer blog es un homenaje, un guíño, al título.

La conversación - monólogo-, cuando fumada, la Kidman, es brillante.


"Si supieráis cómo somos las mujeres"...

Y cruel.

Y triste.

Y no tan cierto.

Pero hay un trasfondo de sinceridad brutal que me gusta, pese al thc (casi escribo htc, claro).
Y sin estar bajo sus efectos.
Por aquel entonces, aún seguía teniendo credibilidad. La Kidman. En su engaño.
Cruel.
Y triste.

Estoy durmiendo bastante.
También teniendo pesadillas.


Cuando despierto, saber que el sueño del amor para siempre es imposible, me entristece.
Desasosiega.
La cruel infidelidad, según nos han enseñado.

Cuando una postura mucho más abierta, más madura, menos posesiva, nos ahorraría muchos disgustos.

Nunca es tarde, dicen, pero los arquetipos mentales ya están demasiado interiorizados.

Pretender gustar de por vida a alguien, con todos los matices, distintos a los nuestros, que alguien pueda ofrecer al otro, es tremendamente egoísta.
Falta de riqueza.
Y cruel.


Pero a mí me destroza saber la evidencia.

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