domingo, 17 de junio de 2012

"Y aún dicen que no hay Dios!"...

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... exclamaste, aún siendo yo bastante niña, en medio de un viaje, mientras conducías.

Era primavera y los campos de Castilla estaban llenos de vida y color.


Recuerdo perfectamente la curva en que lo dijiste, con los amarillos y verdes resplandeciendo bajo un Sol agradecido y sonriente.

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Hablo contigo casi a diario.

Tu halo, mucho más lleno de vida aún, parece responderme.

No sé si tengo algún derecho.

Pero te sigo pidiendo fuerza mental y salud para ellos.

Que de mí, ya lo sabes, yo ya me ocupo.

(Sonrío.
 Con ganas de llorar).


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Me encuentro triste.
Pero tras pasar por el infierno, en estas mismas fechas, hace justo cuatro años, ahora ya sé que estoy mucho mejor.
Que todo pasa.
Y que podemos con todo.



Hasta he sido feliz a momentos.
Con lo que sólo queda ir a mejor.


Sólo deseo que Tú estés bien.
Que sonrías, sabiendo que preocuparnos tanto por todo es absurdo, pero que ya lo estoy aprendiendo.


Ya sabes que últimamente pienso en mis "últimas voluntades": nada de solemnidades, sólo una caja sencilla, lo más natural posible, de madera de pino blanco.
No quiero que nadie se gaste nada.
Y mucho menos que sufra.
Quiero que sepan que estaré bien. Porque ya estaré contigo. Y con los animalillos que se marcharon antes de tiempo también.
Quiero sentirme libre, en medio del campo. De la Naturaleza. Tierra, agua, luz.


Sólo por dejarlo escrito en algún lado, aunque nadie sepa de la existencia de esto.

Ni de mis deseos, o voluntades.
No las últimas.

Pero da igual

"I´ve got Life", como Nina Simone.

Lo bueno, ya lo he escrito alguna vez, de que casi no me quieran, es que no me echarán de menos, o no sufrirán tanto.

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